Ha perdido esta mañana (61-78) ante el Real Madrid en el segundo partido del Grupo B del Torneo EBA Comunidad de Madrid, después de mantener el tipo durante todo el partido y llegar incluso a empatarlo. La enorme diferencia de estatura obligó a los ripenses a renunciar prácticamente al juego interior. A destacar el espléndido trabajo defensivo y el acierto en el planteamiento atacante.
Probablemente suene a propaganda hablar de «espléndido trabajo» después de dos partidos perdidos, pero la verdad es que tanto el encuentro de ayer contra Alcobendas, como el de hoy contra el Real Madrid, han mostrado a un Covibar Rivas con un nivel competitivo más alto del que se podría suponer para un grupo de jugadores que están conociéndose en su gran mayoría y que sólo llevan haciéndolo desde hace dos semanas.
Y eso que si bien el partido contra Alcobendas podría haberse ganado perfectamente, el de hoy contra el Real Madrid se habría perdido nueve de cada diez veces. Sin embargo, el equipo que está armando Alberto Rubio tiene los mimbres necesarios para ganar esa otra vez restante y, lo que es más importante, cree en sus propias posibilidades para hacerlo.
A excepción de los primeros minutos del partido contra el Real Madrid, en los que la brutal diferencia de altura (poco que hacer contra dos pivot que superan los 2,10 de estatura) dejaban la canasta ripense a merced de las torres madridistas, Covibar Rivas no sólo no se ha sentido acomplejado, sino que siempre ha dado la impresión de poderse acercar todavía un poquito más. De hecho, la diferencia en el marcador, hasta los cinco últimos minutos de partido, siempre ha estado entre los tres y los siete puntos. En el tercer cuarto, incluso, los de Rubio consiguieron igualar el luminoso durante unos segundos, a 39 primero y a 41 después.
El partido ha sido una constante repetición de esquemas de juego. Los ripenses han conseguido que hubiera una muy aceptable circulación del balón y han jugado sus opciones con bastante criterio, lo cual les ha valido para agarrarse al marcador todo el tiempo. Sólo cuando el entrenador madridista ha empleado a sus dos torres (algo que se ha visto obligado a hacer con más frecuencia de la que seguramente buscaba en un partido de estas caractrerísticas), ha podido irse algo más en el marcador. Incluso así, nunca, hasta los últimos minutos, se han podido ir los madridistas por más de siete u ocho puntos.
A destacar, dentro del buen tono defensivo general, el trabajo de Pablo Mariñán (cuatro tapones y cinco rebotes en el partido, todos ellos defensivos, claro), Mohammed Youssif (un excelente defensor, probablemente mejor en el uno contra uno, pero con necesidad de pensar en clave de juego europeo a la hora de decidir la jugada de ataque) y David Ajero, que también ha sido quen más se ha echado el equipo a la espalda en ataque.
Un equipo que accede por primera vez a esta categoría y que consigue darle la cara a los partidos siempre, e incluso ganarlos u optar a ello, puede denominarse un equipo competitivo. Covibar Rivas lo es y quienes se animen a ir a ver sus partidos en el Cerro del Telégrafo o en alguna de las seis salidas que hará a los alrededores de Madrid, va a tener asegurado un buen rato de baloncesto y la posibilidad bastante clara de ver cómo el equipo da más de una sorpresa.
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