La huelga indefinida convocada por la Asociación de Facultativos de Madrid (AFEM) en más de 70 centros de toda la Comunidad de Madrid ha dado comienzo hoy en Rivas con un seguimiento muy alto. La huelga afecta a todos los estamentos, desde médicos hasta administrativos, y fuentes de los trabajadores en huelga en el Centro Santa Mónica cifran el seguimiento en un 100%, exceptuando los servicios mínimos, que se han fijado entre el 30% y el 50%, atendiendo solamente urgencias médicas.
Varios de los trabajadores que estaban hoy en torno a las 10 de la mañana en las dependencias del Centro Santa Mónica siguiendo la huelga y preparando algunas pancartas y otros materiales informativos para entregar a los usuarios, aseguraban que en el centro «se atenderán sólo lo que tenemos catalogado como urgencias», lo que significa que no atenderán consultas con citas previas ni otro tipo de actuaciones. Los trabajadores avisan de que por una «incomprensible» decisión de la Administración, el servicio de pediatría no tiene fijado ningún mínimo, por lo que se están derivando las consultas de esa especialidad a los hospitales «con el consiguiente colapso, nos tememos»
Los trabajadores insisten en que «esta huelga no es por un aumento salarial o una mejora de las condiciones, por cosas que nos afecten sólo a nosotros». Explican que «Es una huelga que estamos haciendo todos los profesionales de la Sanidad, de todos los estamentos, para intentar echar atrás unas medidas que van a terminar con la sanidad pública, y eso sería un desastre para la población en su conjunto». «No hay que olvidar que nosotros también somos pacientes y que lo que pretenden es privatizar los centros de salud y que todo el mundo tenga que venir para ser atendidos con el dinero por delante». «Nosotros debemos ver a cada usuario como un paciente, no como alguien a quien sacarle un euro más», apostillan.
La huelga se complementará a partir de esta noche con un encierro en las dependencias del centro, a partir de las 21:00 horas. Los trabajadores piden a la población que «se informe, que comprenda bien nuestros motivos y que nos apoye, porque buscamos el mantenimiento de un servicio cuya desaparición nos afecta a todos, a los usuarios y a los profesionales». Lo que sí piden es que «se dejen a un lado los partidismos políticos y que el apoyo que se nos quiera dar sea fuera de siglas y banderas».