Se le exige al comercio local que cambie su mentalidad y se adapte a los nuevos tiempos, especialmente en materias como la transición ecológica o el cambio de paradigma en el consumo. ¿Cómo responde (cómo puede responder) a esos retos? Preguntamos acerca de ello a la concejalía de Desarrollo Económico y también a la principal asociación representativa de ese pequeño comercio local.
No es nueva la preocupación de las administraciones locales por apoyar al pequeño comercio local. La aparición, hace ya muchas décadas, de las grandes superficies trastocó los hábitos de compra del consumidor medio, y fue el pequeño comercio el perjudicado.
Los horarios ampliados incesantemente por las cadenas de hipermercados y supermercados, la apertura en domingos, la indudable ventaja a la hora de ofrecer precios más baratos en muchos de los productos, o la capacidad de hacer uso del marketing y la publicidad son tan sólo algunos de los elementos que han contribuido a ello.
Y en los últimos años se ha añadido otro factor de competencia cuyos efectos aún están por verse claramente: la compra por internet favorece descaradamente a grandes cadenas, a pesar de la teórica capacidad del pequeño comercio para sumarse a esa ‘moda’.
¿Y tiene que haber pequeño comercio?
Quizás mucha gente se pregunte por qué tiene que haber pequeño comercio. Desde el punto de vista del consumidor, la respuesta puede resultar aparentemente sencilla: si tengo quien me ofrece más diversidad de productos, a mejores precios y con una compra más cómoda, no necesito otras alternativas.
Sin embargo, el papel del pequeño comercio local no puede verse simplemente como el de comercializador de productos. El pequeño comercio, las tiendas de proximidad, llevan en sí mismos elementos de enorme importancia, aunque no fácilmente visibles, relacionados con el necesario cambio de paradigma de consumo de la sociedad en la que vivimos.
Quizás el elemento más evidente sea lo que ese comercio tiene de vertebrador de una vida social que rompe con la dinámica del «cojo mi coche – voy al centro comercial – compro, pero también dedico mi tiempo de ocio a estar en ese centro – termino mi tiempo de ocio – cojo el coche – vuelvo a casa y me encierro».
Como alternativa a esa dinámica, un barrio con abundancia de comercio de proximidad suficientemente variado y modernizado genera hábitos radicalmente distintos. No hace falta explicarlo demasiado, porque, especialmente en Rivas, es casi vox populi: cuando uno se acostumbra a comprar en el pequeño comercio, inevitablemente camina por las calles, entra en la frutería o en la zapatería, en la carnicería o en la tienda de ropa… y se encuentra con otros clientes en un contexto absolutamente distinto al que se crea en los grandes centros comerciales o en las grandes superficies.
Es más fácil hablar, contrastar opiniones sobre muchas cosas que no tienen relación siquiera con la compra que se quiere hacer. Se puede preguntar al dueño de la tienda sobre pormenores relacionados con lo que se quiere comprar. Es más fácil recibir asesoramiento sobre ello, sopesar varias alternativas…
Asumir los retos de la transición
Y mucho más ahora, cuando poco a poco se nos va poniendo delante de los ojos una realidad que quizás nunca quisimos ver claramente: consumimos demasiado, tiramos demasiado, sabemos demasiado poco acerca de cómo está fabricado lo que compramos…
El paradigma de la transición ecológica apunta necesariamente hacia un consumo más responsable, más crítico. Es hora de pararse a pensar si ese producto que se nos ofrece a un precio muy atractivo, está hecho con materiales que no son los que deberían, o incluso que perjudican al medio ambiente. O los han fabricado personas que han trabajado en situación de semi-esclavitud.
En fin, ya no es tan simple un hecho que hasta ahora estábamos habituados a considerar más o menos banal: la compra.
Pero si a los consumidores estos cambios nos suponen un dificultoso cambio de forma de pensar, a los comerciantes también les lleva a plantearse si pueden sobrevivir sin grandes cambios en su modo de afrontar el negocio.
La transición ecológica, social y económica que los expertos consideran inevitable si queremos tener un futuro como especie en este planeta, supone para el pequeño comercio una serie de retos que, en concreto en Rivas, tienen que ir planteándose casi mes a mes.
¿Cuál es su postura ante estos retos?
Elena Muñoz: «Las iniciativas que hemos tomado han tenido un objetivo común: lograr que se identifique al comercio como un vecino más de Rivas»
La concejala de Desarrollo Económico y Empleo, Elena Muñoz, es una buena conocedora del comercio local. Durante muchos años ha sido la gerente de varios negocios propios, quizás el más conocido de los cuales haya sido la academia Brenan. Su conocimiento, en primera persona, le ha permitido saber no sólo lo que los comerciantes locales pueden necesitar, sino también las posibilidades de respuesta a los retos que se les han planteado.
«El punto de inflexión en las ayudas al comercio fue en diciembre de 2020, cuando pensamos en la campaña de Navidad. Yo era consciente de que con los estragos de la pandemia había que hacer una campaña emotiva, pero en esta ocasión creía que había que centrarse en la solidaridad con los comercios de Rivas. De ahí el lema que sacamos de ‘Compra con corazón, compra en Rivas’. Y creo que esa campaña consiguió crear un lazo emocional entre la gente de Rivas y el comercio de la ciudad».
«El comerciante es alguien bastante individualista, porque su trabajo lo hacen solos. Sin embargo, ha habido una organización, que es Comercios de Rivas, en la que he podido reconocer perfectamente esa generosidad de trabajar para los demás, y con la que vimos que podíamos trabajar para dar ese impulso al comercio local que se necesitaba. Firmamos un convenio gracias al cual pudimos hacer una campaña muy bonita, la de la Feria del Comercio, en la que salieron a la calle muchos de ellos, en un formato que no se había hecho antes».
«Estas iniciativas y otras que hemos llevado a cabo han tenido, por tanto, una idea central: la de identificar al comercio como un vecino más de Rivas».
Da también mucha importancia al trabajo de integración del comercio, no distinguiendo entre ambulante y fijo. «El trabajo hecho con GESCOMER lo valoramos muy positivamente. Hemos tenido una gran relación y fruto de ello ha sido la colaboración de los comercios ambulantes en muchas iniciativas que han ayudado a situarlo como un elemento más de Rivas».
Ana López: «Las PYMEs locales tenemos muy poco tiempo y no solemos implicarnos en casi nada»
Ana López regenta un comercio, Comercial de Peluquería, ubicado en el centro comercial Covibar. Tiene una larga experiencia en esto de gestionar un comercio y de pasar por malos momentos. Reconoce que en un determinado momento tuvieron que plantearse cerrar el que tenían, orientado al mercado mayorista, por las dificultades ocasionadas por la pandemia. Después reorientó el negocio dirigiéndolo hacia el público, y ahí sigue.
Consciente de las dificultades que, como ella, han tenido y tienen los pequeños comerciantes, decidió asumir la responsabilidad, junto a otros compañeros y compañeras del sector, de crear y empujar una asociación propia, Comercios de Rivas, de la cual es actualmente presidenta.
Le preguntamos cómo ha evolucionado el comercio local en Rivas y explica que desde la crisis de 2008 en adelante el comercio «ha evolucionado, pero también ha sufrido una involución». Se refiere a los comercios que, como el suyo en su momento, tuvieron que cerrar.
Desgrana algunas razones que hacen muy dificultosa la recuperación: «En Rivas no hay grandes núcleos de comercio, y en los barrios en que sí hay algo más, como es Covibar, se nota que no hay tanta gente como había antes».
Con todo, reconoce que «la pandemia ha sido lo que ha marcado claramente un antes y un después». Y lo explica: «Ha hecho que cambien los hábitos de compra de la gente, ahora se compra todo por internet. Incluso gente que no sabía comprar de esa forma, ha aprendido a hacerlo y ahora es una costumbre».
En cuanto a las iniciativas del Ayuntamiento, reconoce que «han tenido en cuenta todas las propuestas que les hemos hecho y todas se han llevado a cabo». De todas ellas, «unas han tenido más éxito que otras, como puede ser la Feria del Comercio», pero en cualquier caso valora que el Ayuntamiento «nos ha escuchado y ha intentado en todo momento llevar a cabo nuestras propuestas».
Le preguntamos también acerca de cómo está aceptando el comercio local las iniciativas que, provenientes del Ayuntamiento, pretenden ir cambiando la mentalidad para adaptarse a la transición ecológica. Le proponemos un ejemplo: la más reciente de esas iniciativas, el ‘EcoReto’ planteado por la concejalía de Transición Ecológica. Ana López cree que «los comerciantes locales somos un colectivo muy complicado, porque no tenemos apenas tiempo y no nos solemos implicar en casi nada».
Reflexiona que «no somos un colectivo como, por ejemplo, los jubilados. Somos autónomos y cada uno mira para su lado. Es muy difícil conseguir esa implicación». Sin embargo, reconoce que en el caso del ‘EcoReto’ «sí se han implicado muchos hosteleros», que es el sector en el que se ha comenzado a incidir. Se lo explica porque considera que «tienen una conciencia mayor sobre aspectos como el reciclaje, que es muy importante». Es consciente, sin embargo, de que «la idea es que se impliquen todo tipo de establecimientos». Y valora: «Olé por la iniciativa».
Las campañas
La concejalía de Desarrollo Económico señala que «En principio es importante señalar que existe un antes y un después con el COVID19. Es comprensible por el impacto que la pandemia ha tenido en el pequeño comercio y la hostelería».
El punto de partida de un cambio de paradigma fue «sin duda el Pacto de Ciudad, firmado en julio de 2020, que para la concejalía ha sido el “libro de cabecera para plantearnos una recuperación económica del sector, así como un lema único que englobara todo: ‘Ponle corazón, compra en Rivas’.
Todas las acciones que se han hecho han discurrido en ejes: la colaboración, la atención a la diversidad comercial, la integración y la digitalización.
Colaboración
- A través de convenios nuevos como los firmados con Gescomer para asistencia al comercio ambulante y COMERCIOS DE RIVAS, para atención al comercio de proximidad.
- Impulso del Pacto local con acciones ya consolidadas (Ruta de la tapa, FERIA DEL AUTOMÓVIL) o nuevas (Ruta del guiso).
- Acciones con otras concejalías:
- A mayores descuentos (Mayores)
- EcoReto (Transición ecológica)
- Unidad de proximidad, comercio seguro y control mercadillos (Seguridad ciudadana)
- Recogida selectiva de Residuos (Rivamadrid)
- TODO EN RIVAS , market place (Innovación y modernización)
Atención a la diversidad comercial
Teniendo en cuenta las diferentes características de los tres barrios, que nos lleva a diseñar acciones según la idiosincrasia de la cada barrio, como es el caso del COVIBAR CENTRO COMERCIAL ABIERTO.
Integración
Puesta en marcha de las acciones y campañas sin tener en cuenta si es comercio ambulante o sedentario, diseñando una sola unidad: COMERCIOS DE RIVAS, aplicando los conceptos de sostenibilidad
Digitalización
El desarrollo de herramientas digitales, como comercio on line o el directorio comercial que nos va a permitir una mejor segmentación a todos los niveles.
Los datos
La concejalía aporta también los siguientes datos relativos a la participación y/o implicación de negocios en las distintas campañas. Valoran que hay un total de 558 negocios inscritos, participantes o adheridos a las campañas realizadas en 2022 y las que están en marcha:
- 116 negocios dados de alta en el ‘Marketplace’. 405 marcados como validados en el directorio
- 20 participantes en ‘A Mayores descuentos’ (la inscripción está permanentemente abierta)
- 62 establecimientos participantes en el ‘Eco Reto’
- 160 comercios en la ‘Campaña de Navidad’ (15 de ellos, de venta ambulante)
- 30 en la ‘Ruta de la Tapa’ 2022
- 24 en ‘Guisos’ 2022
- 38 en la ‘Feria del Comercio’
- 100 adheridos a ‘Comercios mágicos’
- 20 en ‘Despensa de Madrid’
- 18 en la ‘Feria del Automóvil’