El mercadillo semanal de los domingos en el Miguel Ríos vuelve a abrirse al público este domingo, 24 de mayo, de 9 a 2 de la mañana. Los comerciantes se quejan de que la Comunidad de Madrid haya «cedido» sus competencias a los ayuntamientos para normativizar estos mercados, por la dispersión de normativas que produce; y también, en el caso de Rivas, de que el Ayuntamiento no haya contado con ellos para elaborar la Orden reguladora, algo que desmienten fuentes municipales.
La reducción a un solo día y un solo espacio para la reapertura de la venta en mercadillos al aire libre ha sido acogida por comerciantes del sector ambulante con pesadumbre. Para Marisol Zarza, miembro de la cooperativa de comerciantes Defensa del Comercio Ambulante (DECOAM), la decisión municipal de restringir al espacio en torno al auditorio Miguel Ríos y a un solo día (el domingo) la reapertura del mercado al aire libre en Rivas, implica que «todos los comerciantes que ponían puesto en el mercadillo de los sábados [en la calle Fundición] van a perder un día de venta, en una situación que para muchos se vuelve angustiosa».
El Ayuntamiento explica que «se ha buscado la mejor alternativa para, respetando las mayores medidas de precaución, poder abrir sin embargo lo antes posible». «Además», añaden las fuentes municipales, «se trata de una reapertura en condiciones de provisionalidad, y a medida que se vean los resultados podremos estudiar modificaciones a estas normas, incluyendo el número de mercadillos que se reabran».
Zarza critica también que la normativa municipal se haya adoptado «sin contar con los comerciantes». Cree que su propia experiencia podría haber aportado detalles relevantes que hubieran podido hacer más eficaz la norma. Por su parte, a este respecto fuentes municipales indican que «se han mantenido contactos con todos los comerciantes que estaban poniendo puestos en el mercadillo, para conocer su opinión».
Pero quizás la principal crítica de esta cooperativa, que Zarza asegura que es común a la mayoría de comerciantes ambulantes, la reservan para la propia Comunidad de Madrid: «Debería ser el Gobierno regional quien hubiese asumido la responsabilidad de establecer una normativa única para todos los ayuntamientos, pero lo que ha hecho ha sido dejar en manos de cada uno el establecimiento de la regulación».
Con ello, «nos encontramos ahora con que cada Ayuntamiento está planteando diferentes normativas, y eso, para quienes vendemos en unos municipios y en otros, es un auténtico quebradero de cabeza».
Ampliación del espacio disponible
Por el contrario, la portavoz de DECOAM considera positivo que el Ayuntamiento piense ampliar el espacio destinado a este mercadillo, de forma que «van a poder poner puesto todos los comerciantes que lo deseen». El espacio tradicionalmente destinado al Mercado Central (como el Ayuntamiento llama al mercadillo del Miguel Ríos) se ubicaba en la explanada al pie de la zona de aparcamiento, mientras que este próximo domingo, cuando se reabra, a ese espacio se añadirá el disponible en el Paseo de Alicia Alonso (el que desciende desde la zona de aparcamiento hasta la entrada junto a la rotonda de la avenida Aurelio Álvarez).
No obstante, Marisol Zarza reconoce no tener claro «cuántos comerciantes van a poner puesto», al menos este primer domingo, entre otras cosas porque la normativa la recibieron la semana pasada, dejando poco tiempo para estudiar las condiciones.
Otro elemento que provoca incertidumbre es, en opinión de la cooperativista, el hecho de que «no tenemos noticias acerca de si vamos a poder recibir alguna ayuda del Ayuntamiento en material que vamos a vernos obligados a usar de forma muy intensiva», como guantes, mascarillas, productos de desinfección y aparatos para fumigación.
Zarza recuerda que «el comerciante va a tener que usar un par de guantes por cada venta que prepare, y luego los va a tener que tirar, lo que nos lleva a un consumo diario de alrededor de 50 pares de guantes por persona que atienda al público». En cuanto a las mascarillas, «con el aumento de temperaturas que se espera, vamos a tener que usar más de una durante el horario de apertura, porque el sudor hace que pierdan eficacia».
Estas condiciones, que por otro lado comprende «perfectamente» y sobre las que asegura que los comerciantes están «muy concienciados», las considera, no obstante, «más estrictas» que las que observa que se dan en la práctica en comercios fijos, como los supermercados. «Cualquiera que vaya a comprar a un supermercado puede ver que la gente toca frecuentemente los productos, incluso los que no tienen un envoltorio, mientras que en nuestro caso eso no va a ser posible, porque el público, lleve o no guantes, no podrá tocar ningún artículo».
Restricciones
Las restricciones que la normativa municipal señala para el público en general tienden en su totalidad a proteger las distancias de seguridad entre personas. En ese sentido, la principal restricción ataña al sentido en el que se deberá circular dentro del espacio del mercadillo.
Habrá un único punto de entrada al mismo (por el acceso más próximo al edificio de Protección Civil), y un único punto de salida (por el acceso a las escaleras que suben al aparcamiento) [el Ayuntamiento ha notificado la modificación de ambos puntos después de darlos a conocer en una nota de prensa reproducida por RIVAS ACTUAL, siendo los correctos los que incluimos en este artículo], pero además el público no podrá circular hacia delante o hacia atrás dentro del recinto. «Según nos han explicado», explica Marisol, «si un cliente ve algo que le puede interesar en un puesto, pero decide continuar hacia otros para ver si lo encuentra más barato, ya no podrá volver inmediatamente hacia el primer puesto si no encuentra mejor oferta. Tendrá que salir del mercadillo y volver a entrar para llegar al puesto en que había visto la mejor oferta».
Por otro lado, según ha hecho público hoy el Ayuntamiento, la distancia entre puestos será como mínimo de 3 metros, y la distancia mínima entre personas, de 2 metros. Para garantizar esto úlltimo, el ancho de la calle por la que se podrá circular será de 12 metros.
Hay un aforo máximo permitido de 240 personas, y «si se llegara a ese tope, habría que esperar a que salieran quienes están dentro para poder acceder», según la nota municipal. El público deberá llevar obligatoriamente mascarilla «si no es posible mantener la distancia de al menos dos metros».
Además, habrá «preferencia de paso a las personas mayores de 65 años» y se permitirá «el acceso a un adulto con un menor de 14 años o persona dependiente».
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