Colectivos ecologistas rechazan la construcción fuera de Rivas de una planta de residuos

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Miembros de una delegación visitan la Planta de Residuos de Ecohispánica en Rivas, en 2013 (Foto archivo Rivas Actual).
Miembros de una delegación visitan la Planta de Residuos de Ecohispánica en Rivas.
Miembros de una delegación visitan la Planta de Residuos de Ecohispánica en Rivas.

Un total de siete asociaciones ecologistas hicieron público el pasado miércoles un comunicado en el que se «felicitan» por la voluntad del Gobierno municipal de Rivas de no construir la planta de tratamiento de residuos con una nueva tecnología que lleva dos años investigándose en el municipio. No obstante, los ecologistas echan en cara al Ayuntamiento que «la planta que el Ayuntamiento no quiere en su municipio podría construirse en otros lugares próximos», tal como, efectivamente, se desprende del anuncio hecho por el concejal de Medio Ambiente de Rivas, Fausto Fernández. El propio Fernández responde que «aun estando más convencidos si cabe que antes de que es una tecnología perfectamente válida y sin riesgos para la salud, también hemos llegado a la conclusión de que la ciudadanía de Rivas no quiere que se construya aquí, y nosotros somos sensibles a la opinión de las y os ciudadanos».

En su comunicado, las asociaciones ecologistas ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA, Jarama Vivo y Rivas Aire Limpio, y la formación política Frente Cívico de Rivas, exponen su convencimiento de que «Esta marcha atrás del Ayuntamiento es considerada como una victoria por parte de los colectivos que han rechazado el proyecto desde que fue conocido» y de que «detrás de esta decisión puede estar el temor del equipo de gobierno municipal de enfrentarse a la oposición ciudadana».

Además, echan en cara al Ayuntamiento que pretenda beneficiarse de la comercialización de esta tecnología fuera de Rivas, ya que, aseguran, «De esta forma el Ayuntamiento trata de vender y conseguir réditos económicos de una tecnología que no quiere para su municipio pero que no tiene ningún reparo en que otros se la lleven para sí».

Los ecologistas argumentan una serie de elementos por los que consideran esta tecnología como «despilfarradora de recursos y que impide la reducción, la reutilización y el reciclado de los residuos». Entre ellos destacan: «la utilización de una gran cantidad de energía para calentar a 120º C el agua  y las 120.000 toneladas de residuos. Además producirá centenares de miles de litros de agua tóxica (lixiviados). Todo ello muy superior a los consumos y lixiviados producidos por el tratamiento tradicional de residuos» (…) La planta dificulta el reciclaje de los residuos al comenzar el proceso por la trituración de los mismos, en lugar de la separación manual tradicional, y el posterior hervido a presión. De esta forma los plásticos, la materia orgánica, el papel y los tejidos sólo son destinados a la valorización energética, siendo los metales los únicos materiales que se pueden reciclar. (…) Por este reducido reciclaje este tratamiento incumple las prioridades de la jerarquía de gestión de residuos de la Ley 22/2011 que establecen: 1º prevención (reducción) 2º reutilización, 3º reciclaje y sólo en 4º lugar la valorización energética, que se sitúa solo un paso antes de la 5ª eliminación (vertedero) (…) Una planta que separa industrialmente los residuos envía a la población el mensaje de que no es necesaria la separación previa en distintos contenedores, con lo que los problemas señalados sobre la jerarquía de tratamiento se agravarían todavía más. (…) Una vez vendida la planta ¿el Ayuntamiento de Rivas puede impedir que no se incineren directamente todos los productos con poder calorífico, cuando cada vez aparecen mas ofertas para hacerlo, por ejemplo en la cementera de Morata?. (…)». Los colectivos firmantes del comunicado terminan su argumentario razonando que «en estas condiciones medioambientales, nos parece rechazable que el Ayuntamiento de Rivas se preste a hacer y dar negocio a una empresa privada como Ecohispánica, utilizando para ello el perfil ecológico de la “marca Rivas”, fruto del esfuerzo y conciencia medioambiental de la ciudadanía».

Fausto Fernández niega la mayor

Por su parte, Fausto Fernández, concejal de Medio Ambiente de Rivas, ha declarado a Rivas Actual que “Sinceramente, creo que la planta de la que hablan algunas organizaciones ecologistas no es la misma de la que hablamos nosotros”. El edil hace, en ese sentido, una invitación “a cualquiera de los miembros de esas organizaciones a que visiten la planta y puedan comprobar in situ y personalmente el funcionamiento y la capacidad de la tecnología desarrollada”. Fernández hace hincapié en que “La planta permite reutilizar hasta el 92% de los residuos obtenidos con esta tecnología, cuando en la actualidad el 72% de ellos acaban enterrados en un vertedero”.

Respecto a la construcción de plantas de tratamiento en otros lugares, pero no en Rivas, el responsable ripense de Medio Ambiente explica que “En ningún caso se trata de hacer, o contribuir de algún modo a hacer, en otro lugar lo que no vamos a hacer en Rivas porque nos parezca que la tecnología utilizada es peligrosa o contraproducente. La explicación de que no la vayamos a construir en Rivas la di ya en el Pleno Municipal del pasado 25 de abril, y es que, aun estando más convencidos si cabe que antes de que es una tecnología perfectamente válida y sin riesgos para la salud, también hemos llegado a la conclusión de que la ciudadanía de Rivas no quiere que se construya aquí, y nosotros somos sensibles a la opinión de las y los ciudadanos”.

El concejal añade que “Recientemente hemos entrado a formar parte de la Mancomunidad Este para tratamiento de residuos, y creemos que es ahí donde tenemos un compromiso de revertir la tecnología investigada en el mismo momento en que reciba todas las aprobaciones legales oportunas y también con el visto bueno de la Comisión de Evaluación que sigue testando en  Rivas la planta”.