Cierra «Este de Madrid», la revista local decana de Rivas

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Portada del último número de la edición impresa de 'Este de Madrid'
Portada del último número de la edición impresa de ‘Este de Madrid’

Un editorial en el número de este mes de diciembre de la publicación hace referencia indirecta a la dificultad de mantenerla económicamente como causa del cierre. Francisco Mayoral, su director y fundador, hace alusión a la preeminencia de las redes sociales y a la cultura de la inmediatez y la brevedad, frente a «Un oficio, el del periodismo, donde la calidad se ve ensombrecida por la inmediatez y la banalidad».

El número 314 de la revista mensual local ‘Este de Madrid’, de distribución gratuita mediante buzoneo, será el último de una larga historia de 29 años que la convierten en la decana de las publicaciones de este tipo en Rivas. Distribuida en Arganda del Rey y Rivas Vaciamadrid, la revista ha cubierto, en lo que se refiere a este último municipio, la transformación de un pueblo compuesto por dos núcleos aislados que sumaban algo menos de 15.000 habitantes, en una ciudad de 100.000.

En el editorial de despedida, Francisco Mayoral, su fundador y director desde el comienzo, reflexiona larga y sentimentalmente sobre todo lo acontecido y cubierto por la revista en esos 29 años de vida. En el artículo la única referencia -muy indirecta- a las causas del cierre se hallan en párrafos en los que arremete contra la cultura del «Low cost», la inmediatez que las redes sociales y las publicaciones digitales imponen frente a la reflexión acerca de la información, y, en consecuencia, las dificultades para continuar encontrando la publicidad de pequeños empresarios y comerciantes, de la cual se nutría en una parte importante la publicación.

Llama la atención, no obstante, un párrafo en el que hace mención expresa de las publicaciones institucionales de los ayuntamientos: «Resulta curioso y hasta sorprendente, cómo los medios de comunicación impresos continúan en plena vigencia cuando son los ayuntamientos u otra administración sus promotores. Vivitos y coleando, el pago es a escote, se mantienen impertérritos vendiendo su bondadoso producto ‘objetivo’ a los contribuyentes (…) Y aquí no hay colores que les distingan».