Así hice la ‘Non-Stop Madrid-Lisboa by MRW’ en menos de 55 horas

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'Meme' en el podio de Lisboa, celebrando el logro (Foto J. L. Belinchón)
‘Meme’ en el podio de Lisboa, celebrando el logro (Foto J. L. Belinchón)

Amelia Vicente, ‘Meme’, fue la protagonista de la noticia que Rivas Actual publicó el pasado 19 de septiembre, dando cuenta del equipo femenino que ‘Meme’ lideraba para recorrer en bicicleta, en menos de 55 horas, la distancia entre Madrid y Lisboa. Se trataba de la prueba ‘The Goods Non Stop Madrid – Tajo Internacional – Lisboa by MRW’ que colocaba a miles de personas haciendo ese recorrido por distintos tipos de caminos y carreteras, sin parar y con el sistema de relevos. Amelia lo consiguió, junto con las componentes de su equipo, y en esta crónica personal exclusiva para Rivas Actual, nos cuenta cómo lo hizo y cómo se ha sentido al lograrlo.

Después de varios días, y una vez asentadas emociones y colocados recuerdos, es momento de hacer una reflexión de lo vivido. Mientras estás viviendo una prueba, un evento, una celebración… a veces no te das cuentas de pequeños detalles que resultan ser muy grandes. Ocurren las cosas a tu alrededor pero el momento nos atrapa y no tenemos capacidad para saborear lo que nos está ocurriendo. Es después, los días siguientes, cuando todo cobra un verdadero valor.

Hace algún tiempo leí esta frase: ¡¡Cuidado con los sueños, pueden hacerse realidad!! Y hoy, la doy por cierta totalmente. El destino me ha regalado una experiencia maravillosa. Conocernos 8 chicas, apasionadas, vitales, soñadoras….con un objetivo común: hacer la The Goods Non Stop Madrid – Tajo Internacional – Lisboa by MRW (distancia de Madrid a Lisboa) en menos de 55 horas, por relevo en equipos femeninos. Y lo conseguimos: 770 kilómetros por caminos, sendero y pistas de noche y de día en menos de 55 horas.

Lo conseguimos porque todas y cada una somos únicas, y sumamos entre todas las ganas, la fuerza, la ilusión, y el #nonosvamosarendir que se necesitaba para superar este reto (mi grito de guerra este fin de semana más que nunca). No ha sido fácil, y en el camino hemos vivido grandes momentos, y superado contratiempos… pero una prueba de estas características es así, la parte física es muy importante, pero la cabeza y la estrategia lo son más.

Viernes 20 de septiembre

La prueba daba comienzo a las 12,00 horas desde el Polideportivo de las Rozas. Los momentos previos fueron de nervios, e ilusión a partes iguales. Entonces, no sabía lo que viviríamos, ni que nos
depararía el destino. Hoy ya lo sé. Era momento de fotos, entrevistas, y de preparar el primer relevo. El primer contratiempo llegó, y es que nuestra chica del primer relevo, Sonia, cuando ya estaba preparada para su primera etapa no encontraba su GPS con la el track de la ruta grabada. Esto solo fue una anécdota para lo que nos tocaría vivir.

La primera etapa transcurrió muy rápida, y dentro del horario previsto, ganando más de una hora que luego nos vendría de lujo. Y llegamos a Burgohondo, donde nos espera la gran tormenta que se anunciaba, lo que no imaginábamos es que sería tan brutal. Recibimos la lluvia que ya nos acompaño hasta la última etapa, convirtiendo esta edición en la más dura de la historia de la prueba. Los chubasqueros fueron imprescindibles en todas las etapas. El barro se convirtió en el gran enemigo para nuestras bicis, y los caminos se hicieron complicados con regueros y charcos a veces insalvables. Los caminos se destrozaban por la brutalidad de las tormentas, e incluso las etapas más sencillas y rodadoras se convirtieron en exigentes y duras. Las chicas iban haciendo sus etapas, cumpliendo con lo que ya habíamos acordado previamente. No era fácil verlas llegar, empapadas, llenas de barro, tiritando, hambrientas… pero en ningún momento, a pesar de los abandonos de muchos de los corredores, ninguna mostro debilidad.

Mi tarea en el equipo era hacer dos de las rutas nocturnas. La primera, con salida en Navalperal del Tormes, me dio un poco de tregua con la lluvia. Fue una ruta rápida que teníamos previsto hacer en 3,30, consiguiendo recortar, a pesar de todo, 15 minutos. Fueron 61 kilómetros muy rápidos que nos llevaron hasta Navalconcejo. La verdad es que a pesar de la noche cerrada y la oscuridad reinante en los caminos, me encantó la etapa. Iba muy mentalizada y había salido alguna noche por Rivas y alrededores a rodar y a acostumbrar la vista, pero, evidentemente, verte en un lugar desconocido, en plena noche, no es lo mismo. Pero cuando ya estás metida en un “lío” así, sólo queda resolver. Iba preparada, mi bici revisada, dos focos en la bici, uno en el casco, dos baterías extras, otros GPS por si fallaba el que llevaba, el track cargado… materialmente todo estaba controlado, sólo quedaba dar pedales más o menos deprisa dependiendo de lo que me encontrara en el camino (os dejo un video de la salida de esta etapa). Tras terminar toca comer, ducharse en el polideportivo habilitado, lavar bicis, prepararlas para la siguiente etapa e intentar descansar. Tarea que no es nada fácil, ya que mientras que el resto de corredoras hacen sus etapas la Caravana donde viajamos tiene que desplazarse a la siguiente estación de servicio, y el descanso se hace imposible.

Sábado 21 de septiembre

Y así, sin dormir nada, llegó mi segunda etapa nocturna, a las 10 de la noche del sábado 21 de septiembre. La lluvia había retrasado notablemente los tiempos de todos los corredores. Me tocaba enfrentarme a 100 kilómetros de oscuridad. Salimos de Cedillo para llegar a Ponte Sor, ya en Portugal, con una lluvia intensa que ya nos hacía presagiar lo que nos esperaba. Llovió fuertemente durante más o menos dos horas y media, y aunque la lluvia luego nos dio tregua, el barro, el agua, los charcos, los caminos destrozados nos lo pusieron muy difícil. Las bicicletas no rodaban con tanta alegría, porque el terreno no lo permitía. Pero poco a poco se fueron haciendo kilómetros, por sitios que yo imaginaba espectaculares, pero que no alcanzaba a disfrutar plenamente por la oscuridad reinante. Y a pesar de todo, volví a resolver mi etapa 8, y atrás deje un centenar de kilómetros embarrados y 1.300 metros de desnivel positivo, tras unas 7 horas de pedaleo nocturno.

Ya lo teníamos. Sólo quedaban dos etapas. Mis compañeras estaban cansadas, la falta de sueño era patente, pero sin dudar en ningún momento todas cumplieron, y llegamos a la etapa última, la más esperada y las más ansiada por todas.

Y aquí ya fue nuestra fiesta. Las que no rodábamos nos preparamos, lavando nuestras equipaciones rápidamente para ir al encuentro de nuestras compañeras. Recorrimos 5 kilómetros al contrario, y todas juntas entramos en meta disfrutando de un momento único e inolvidable. Lo habíamos conseguido. Habíamos participado en una de las pruebas más importantes del calendario ciclista. Y lo conseguimos en menos de 50 horas, en la edición más épica de la prueba. ¡Estábamos felices!

Sólo me queda agradecer a todos los que han hecho posible esto. Especialmente a Mundo Mammoth y a B Travel Brand, por haber hecho posible este reto y por creer en el ciclismo femenino. Y por supuesto a mis compañeras, porque fuimos un pedazo de equipo (dos en uno), nuestra estrategia de rodar siempre dos juntas fué un éxito. Mi compañera de etapas para mí fue un plus de seguridad, me dio su rueda, su luz y su fuerza cuando lo necesité. Y por supuesto, agradecer su tiempo a nuestros conductores y asistentes que nos hicieron todo mucho más fácil.

Para los que quieran saber más de la prueba, os dejo el reportaje que realizó RTVE. ¡Si te gusta la bici, te encantará!