El presupuesto municipal de 2020 fue aprobado inicialmente el pasado 4 de diciembre con los nueve votos a favor de los componentes del Gobierno local (siete de IU-Equo-Más Madrid y dos de Podemos) y el voto del concejal no adscrito Antonio Sanz. El resto fueron abstenciones (siete del PSOE y cinco de ciudadanos) y un voto en contra de la concejala de Vox. El tono del debate fue muy cortés, casi de guante blanco, pero los votos afirmativos no cayeron por parte de ningún otro grupo municipal de la oposición, exceptuando ese solitario voto de Sanz. Inevitablemente, todos los ojos están puestos en la posibilidad de que el PSOE acceda al Gobierno, y un síntoma de si piensa hacerlo o no es la votación del presupuesto. A la hora de hacerse una composición de lugar, ¿a qué se debe prestar más atención, a lo cortés del debate o a la abstención en el voto final?
El gobierno presidido por Pedro del Cura obtuvo un éxito indudable al lograr la aprobación inicial del presupuesto municipal hace tan sólo unos días. El éxito deriva del hecho de que gobierna en clara minoría (9 votos de los 13 necesarios para la mayoría absoluta), con una oposición compuesta mayoritariamente por partidos de derecha (cinco concejales de Ciudadanos, dos del PP, 1 de Vox y el no adscrito, recién separado de Vox, partido por el que se presentó a las elecciones) y con un grupo socialista que iguala en concejales a IU-Equo-Más Madrid (siete) pero que se encuentra en la oposición porque alegando en su momento que las negociaciones para su entrada en el gobierno encallaron el pasado mes de octubre debido a la inclusión por parte de IU de una condición que antes no se había puesto sobre la mesa y que el PSOE entendió que marcaba un deseo de paralizar dichas negociaciones.
La portavoz socialista, Mónica Carazo, desmintió recientemente la existencia de la continuidad en la negociación y fue categórica al respecto: una cosa es el presupuesto y otra diferente la negociación para entrar en el gobierno, y las reuniones para esto último se paralizaron en octubre y no ha habido una reanudación de las mismas.
¿Una legislatura completa en la oposición?
La cuestión es que ninguna fuente consultada cree viable para el PSOE mantenerse en la oposición toda una legislatura después de haber conseguido su mejor resultado en unas elecciones municipales en Rivas desde hace más de veinte años. En este caso, además, igualando en número de concejales al partido más votado. La oposición en un ayuntamiento es un lugar inhóspito porque, dadas las amplias facultades del Alcalde para imponer sus criterios y decisiones, hay pocos asuntos que normativamente queden en manos del Pleno municipal para su votación, lo que deja a los partidos de oposición con sólo esas pocas materias como elementos en los cuales forzar, en caso necesario, pactos y compromisos con el Gobierno.
El presupuesto municipal es, obviamente, uno de esos pocos elementos, el principal de ellos. La posición de voto en el mismo, por tanto, se convierte en un indicador de la «temperatura» de las relaciones entre gobierno y oposición: un debate tranquilo y cortés con aceptaciones por ambas partes, gobierno y oposición, con un voto final favorable por parte de esta última, indica una temperatura primaveral que augura buenas relaciones en otros asuntos. Un voto en contra indica, por lo general, voluntad de hacerle la vida imposible al gobierno de turno. La abstención, cuando se ve claramente que no va a haber más votos en contra que a favor, es considerada tradicionalmente como una forma «elegante» de dar el espaldarazo al presupuesto sin por ello comprometerse excesivamente a favor del Gobierno.
Y el debate y el sentido del voto de los grupos en el presupuesto municipal de 2020 fue extraordinariamente cortés, plagado de reconocimientos -muy infrecuentes- al concejal del ramo (José Manuel Castro) por su dedicación y transparencia en la aportación de documentación del presupuesto a los grupos de la oposición, así como en la forma dialogante y próxima con la que abordó las enmiendas o planteamientos generales de otros grupos. Así lo reconocieron explícitamente tanto el Grupo Socialista, como el de Ciudadanos y el PP.
Si esto puede ser tomado como un indicador de esa «temperatura» en las relaciones, el termómetro virtual arrojaría unos datos de bonanza que, recordando a aquel grupo vasco de los 80, serían de «mañana, sol y buen tiempo». En otras palabras, según esto el PSOE habría dado un paso al frente diciendo, sin decirlo, «estamos por la labor de estar en el Gobierno». Y el Gobierno habría dado un paso similar al aceptar la gran mayoría de las 70 enmiendas presentadas por los socialistas, bien sea bajo la forma de aceptación de la enmienda tal cual, bien bajo fórmulas transaccionales con las que el PSOE estuvo de acuerdo, lo que nos lleva también a una aceptación mutua.
Cómo lo vieron los grupos
Rivas Actual preguntó a los portavoces de diferentes grupos municipales cómo valoraban los posicionamientos y la votación del presupuesto municipal, y también si consideraban que después de ese debate y votación, «sentían» que la entrada del PSOE en el Gobierno local estaba más cerca o menos.
El propio PSOE, evidentemente, repetía la valoración del debate que ya hizo su portavoz en el propio Pleno, en el sentido de que su abstención se debía a que, «a pesar de no ser el presupuesto que habríamos hecho las y los socialistas», con todas las enmiendas aceptadas o transaccionadas aceptablemente para el PSOE, el resultado era suficientemente apreciable como para no votar en contra. Respecto a su entrada en el Gobierno, como queda dicho más arriba, Mónica Carazo insiste en que son dos temas entre los que no hay relación, y en ese sentido sigue considerando que la negociación al respecto está paralizada y sin novedad en cuanto a su reinicio.
El portavoz de Ciudadanos, Bernardo González, respondía a la primera pregunta con una valoración suficientemente positiva en consonancia con la abstención de su grupo en la votación: «Estas cuentas incluyen una partida de 100.000 euros para la conversión de los parques del municipio en inclusivos, también se duplicará la ayuda a emprendedores, mejoramos las condiciones de la plantilla de la Policía Local y se creará un jardín terapéutico destinado a personas con diferentes capacidades”, destacando que “gracias a Ciudadanos en los presupuestos también se apuesta por la creación de un piso para víctimas de violencia de género, el incremento en las ayudas a las asociaciones LGTBI, una reducción en la lista de espera de personas mayores para actividades deportivas, y mejoras en los colegios públicos del municipio”. Por otro lado, el portavoz ha criticado que en estas cuentas públicas “el Ejecutivo no haya aceptado su propuesta para la bajada de impuestos”, insistiendo en que “es un compromiso que adquirimos con los vecinos de Rivas el pasado 26 de Mayo. El año que viene volveremos a intentarlo, porque creemos que el dinero, donde mejor está, es en el bolsillo del ripense”. Y en cuanto a la segunda pregunta, Ciudadanos se apunta a la discreción: «Es cosa del PSOE, no entramos en ello».
En cuanto al PP, Janette Novo, portavoz del mismo, respondió a la primera cuestión que «Tengo que reconocer que durante el largo proceso presupuestario, el Gobierno municipal ha mostrado voluntad de diálogo y gran disponibilidad para recoger nuestras propuestas, enmiendas y aportaciones, pero eso no quiere decir que nos hayan aceptado todas nuestras sugerencias. Lo mismo que el Gobierno lleva en su ADN una serie de políticas y prioriza determinadas cuestiones, el Partido Popular discrepa de muchas de ellas y en esa línea hemos presentado nuestras enmiendas. El presupuesto está muy ajustado, sólo hay una diferencia de 7.960,37 euros entre los gastos y los ingresos. Espero que no haya una desviación en la previsión de ingresos que obligue al Ayuntamiento a no ejecutar partidas de gastos. Me preocupa que no tengan lugar ingresos contemplados en el Presupuesto como los correspondientes a la enajenación de parcelas porque en años anteriores no se han vendido las que se tenían previstas. Esto afectaría directamente a las inversiones. En estos Presupuestos aprobados hoy, también hemos visto que nuestra ciudad sigue contando con el IBI como principal fuente de ingresos, lo que demuestra que Rivas sigue dependiendo de la construcción de viviendas como forma de financiación y continúa sin atraer empresas que se instalen en el municipio pues la previsión de los ingresos derivados del Impuesto de Actividades Económicas asciende tan solo a 1.350.000 euros». Respecto a la posible del PSOE en el Gobierno, se mostró cauta, pero dejó caer que: «Supongo que a nadie se le habrán escapado las últimas palabras del Alcalde al terminar el debate, cuando le dijo a la portavoz del PSOE que espera que el próximo año no estén vigilantes al Presupuesto sino que, a ser posible, lo estén gestionando con ellos. Creo que la voluntad del Alcalde es clara».
Las respuestas de las portavoces de IU y de Podemos están sin duda marcadas por la pertenencia de ambas al propio Gobierno. Aida Castillejo, de IU-Equo-MásMadrid: «La aprobación del presupuesto municipal es el reflejo de varios meses de trabajo compartido con la ciudadanía, a través de los consejos sectoriales y de la Comisión de Seguimiento de la Gestión Municipal, y también con el resto de los partidos políticos que conforman la Corporación municipal. Se trata de un presupuesto para la ciudad con una visión estratégica de futuro que refuerza nuestro modelo de ciudad. Más de 100 millones que ponen el foco en fortalecer la calidad de los servicios públicos, la mejora del espacio urbano, la eficiencia energética y los derechos sociales. Llegar a diciembre con su aprobación es una buena noticia para Rivas y sus vecinos y vecinas. Y más teniendo en cuenta que no hay presupuestos generales ni del Estado ni de la Comunidad de Madrid». Y en cuanto a la posible entrada del PSOE en Gobierno: «Desde nuestro Grupo Municipal entendemos que la búsqueda del diálogo es el único camino para llegar a acuerdos y más cuando de lo que se trata es de presentar unas cuentas municipales para dar respuesta a los retos que tiene por delante Rivas. Siempre hemos mantenido al PSOE como socio preferente para la elaboración de los presupuestos y así lo hemos hecho, contando por supuesto con el resto de los grupos municipales porque el presupuesto presentado es de la ciudad para mejorar la calidad de vida de nuestras vecinas y vecinos a la vez que mantenemos y cuidamos nuestro municipio. Nuestro compromiso sigue intacto: creemos que las fuerzas de izquierda y de progreso de esta ciudad tenemos la obligación de afrontar este ciclo político desde la unidad y la generosidad como así ya lo expresaron las urnas».
Por último, Vanessa Millán, portavoz de Podemos: «Hemos aprobado un presupuesto que ha incorporado las aportaciones de la ciudadanía a través de órganos de participación, lo cual creo que le da un valor añadido. Se trata de unos presupuestos abiertamente progresistas que ponen en el centro la preocupación por la gente y por los servicios, pero también por las y los trabajadores municipales». Y respecto a la otra cuestión fue escrupulosamente cauta: «Respecto a la posición que adoptará el PSOE sobre entrar o no en el Gobierno, es algo que les corresponde a ellos y ellas decidir y dar a conocer».
Caminos lógicos y caminos llenos de baches
La portavoz socialista en ningún momento ha negado su voluntad de continuar una negociación cuya paralización siempre ha atribuido a IU-Equo-Más Madrid. Por otro lado, la razón que Mónica Carazo alegó en su día para considerar que el grupo mayoritario del Gobierno había «dado por terminadas las negociaciones», no era otro, precisamente, que la inclusión por parte de IU de una condición consistente en llegar a un acuerdo previo de cara al presupuesto municipal para seguir abordando la entrada en el Gobierno, condición que IU-Equo-Más Madrid niega haber establecido. Pues bien, el presupuesto ha llegado, se ha debatido con extraordinaria cortesía, se han hecho buenas migas entre unos y otros y ha sido aprobado inicialmente sin problemas. El plazo de 15 días hábiles para alegaciones nunca se ha considerado como un elemento que razonablemente vaya a poner en riesgo la aprobación definitiva, ya que históricamente las alegaciones, al admitirse únicamente cuando son de carácter técnico -y no de consideración política- normalmente suelen ser pocas y en su gran mayoría inadmitidas por la Intervención y/o la Secretaría Municipal.
El camino lógico, llegados a este punto, sería continuar las negociaciones y culminarlas con éxito entre enero y febrero de 2020. Si las políticas del PSOE y de los partidos que componen el gobierno, pero fundamentalmente de IU, son tan próximas como para coincidir tan ampliamente en el presupuesto municipal, deberían traducirse en esa reanudación de las negociaciones y en esa culminación positiva.
Hay otros caminos, pero están llenos de baches. Si, tal como reconocen las fuentes mencionadas, el PSOE no puede, razonablemente, resignarse a estar toda la legislatura en la oposición, le queda un camino: esperar a llegar al ecuador de la misma, allá para 2021, y elaborar una alianza difícil para presentar y ganar una moción de censura que desbanque a Pedro del Cura y ponga como alcaldesa a Mónica Carazo.
Ese camino (técnicamente viable) conllevaría dos cosas: un acuerdo con Ciudadanos y otro acuerdo que le permita ganar un voto más para sumar los 13 de la mayoría absoluta. En estos momentos esta vía podría ser más fácil tras la salida de Antonio Sanz del grupo de Vox, lo que le daría, siempre teóricamente, una mayor libertad a la hora de apoyar la moción. Con esa arquitectura, el PSOE se garantizaría ganar la moción de censura y obtener la Alcaldía y el Gobierno.
Los «baches» de este camino se ubican en el tramo del mismo que pasa por el acuerdo con Ciudadanos, grupo al que, además del voto favorable, el PSOE debería sacarle el compromiso para estar en el Gobierno, porque los siete concejales socialistas muy difícilmente podrían abordar la tarea de gobernar una ciudad como Rivas, con la complejidad suficiente para requerir un equipo de gobierno algo más amplio. Y no dejaría de ser también un bache considerable el apoyo de Antonio Sanz, actualmente no adscrito pero que fue cabeza de lista de Vox en las elecciones. En definitiva, el PSOE tendría que devanarse los sesos para encontrar justificaciones, dentro y fuera de Rivas, para acceder al Gobierno mediante una alianza con dos formaciones de derecha, y hacerlo quitando de en medio a las dos de izquierda que quedan en la Corporación.
Podemos, en la cuerda floja
El gran perjudicado en el caso de una entrada del PSOE en el Ejecutivo local podría ser Podemos, socio minoritario de Gobierno en la actualidad, cuya permanencia en el mismo podría no ser vista con buenos ojos por el PSOE. La continuidad de las dos concejalas de Podemos, Vanessa Millán, portavoz del mismo, y Amaya Gálvez, quedarían en manos de la voluntad de IU de conformar un gobierno que refleje esa «unidad de fuerzas progresistas» que ha estado presente en su discurso, y muy especialmente en el del Alcalde, Pedro del Cura, no ya desde el comienzo de esta legislatura, sino desde el principio de la anterior.
La postura del PSOE al respecto es, según todas las fuentes consultadas fuera del propio partido socialista, que, en todo caso, los puestos que Podemos ocupe en el Gobierno deben ser cedidos por IU, de forma que la suma de los puestos que sumen en el Ejecutivo IU-Equo-Más Madrid y Podemos sean los mismos que los que ocupe el PSOE. Casi todas esas fuente coinciden en que, en el mejor de los casos, IU podría estar dispuesta a mantener uno de los dos puestos de Gobierno actualmente en manos de Podemos, pero no el segundo. Todas las quinielas apuestan, llegado ese caso, a la continuidad de Vanessa Millán, con experiencia política, capacidad de trabajo y un excelente desempeño en la legislatura pasada en la concejalía de Deportes, y un buen hacer en el mismo área en lo que va de ésta.